
Sigo colgando mis esperanzas
en las señales de la playa que se prepara
en las señales de la playa que se prepara
para la inminente llegada del verano.
Al círculo de arena no le importa
el significado de la escritura
ni el ciclo de la ola es visible al ojo desnudo.
Soy amigo del amigo del mar
y enemigo del enemigo de la tierra.
Entre esos dos nada hay, sino aire
del que algo se funde en el raudo viento,
y algo es lento como una tortuga.
Entre velocidad y lentitud,
inhalo la soledad que queda.
Mi reloj se ha vuelto inútil para todos,
excepto para el único que se lo pone.
Hay un atraso de tiempo entre un lado
del mar y el otro.
Un lugar queda marcado sólo por aquel que lo ama.
Colgaré, pues, mis esperanzas
en el cadalso de la lejana esperanza
a veces aquí, a veces allá
y cuando llegue el tiempo justo
mi reloj quedará sin manecillas.
Naim Araide (Alta Galilea)
Al círculo de arena no le importa
el significado de la escritura
ni el ciclo de la ola es visible al ojo desnudo.
Soy amigo del amigo del mar
y enemigo del enemigo de la tierra.
Entre esos dos nada hay, sino aire
del que algo se funde en el raudo viento,
y algo es lento como una tortuga.
Entre velocidad y lentitud,
inhalo la soledad que queda.
Mi reloj se ha vuelto inútil para todos,
excepto para el único que se lo pone.
Hay un atraso de tiempo entre un lado
del mar y el otro.
Un lugar queda marcado sólo por aquel que lo ama.
Colgaré, pues, mis esperanzas
en el cadalso de la lejana esperanza
a veces aquí, a veces allá
y cuando llegue el tiempo justo
mi reloj quedará sin manecillas.
Naim Araide (Alta Galilea)